Enfermedad Gastrointestinal en el Hurón

Puntos clave

  • El hurón es un carnívoro con un tracto gastrointestinal corto y simple y un tiempo de tránsito gastrointestinal relativamente rápido. El hurón carece de ciego y una unión ileocólica.
  • La diarrea es el signo clínico más común en los hurones. La pérdida de peso y la anorexia son también signos de enfermedad gastrointestinal importantes en el hurón.
  • La anorexia es el signo clínico principal que se observa con cuerpos extraños gastrointestinales en los hurones jóvenes (< 2 años).
  • Causas importantes de diarrea en los hurones jóvenes incluyen la coccidiosis, el rotavirus, el estrés o ulceración inducida por el cambio de dieta o hipermotilidad.
  • Los hurones de todas las edades pueden ser afectados por gastritis ulcerativa causada por Helicobacter y el coronavirus entérico del hurón (FECV).
  • Los hurones de mediana y mayor edad (> 3 años) pueden sufrir de la enfermedad inflamatoria intestinal y linfoma intestinal.

Introducción

El tracto gastrointestinal del hurón doméstico (Mustela putorius furo) se ha estudiado ampliamente como un modelo para varias enfermedades gastrointestinales en los humanos, incluyendo úlceras gástricas y duodenales, reflujo gastroesofágico, carcinoma y linfoma gástrico y la infección por Helicobacter mustelae. Los hurones también se utilizan como modelos animales para la emesis debido a que poseen un estómago simple para la propulsión, una baja tolerancia a varios productos químicos y un fuerte reflejo vagal.

Anatomía y fisiología gastrointestinal

El hurón es un carnívoro que posee una anatomía y fisiología gastrointestinal similar a la observada en los gatos o perros, pero con características únicas y específicas para la especie.

El hurón tiene un corto tiempo de tránsito gastrointestinal de 148 a 219 minutos, cuando es alimentado con una dieta a base de carne.

El hurón tiene un estómago simple, similar en forma al del perro. Hay vasculatura prominente en el estómago, así como un ganglio linfático prominente acostado sobre la curvatura menor. El estómago está inervado por fibras parasimpáticas del nervio vago y fibras simpáticas a través del plexo celiacomesentérico. El estómago del hurón tiene una considerable capacidad de almacenamiento, sosteniendo hasta 100 ml en 10 minutos en el adulto. Aproximadamente el 80% de una comida se almacena en el estómago proximal.

El esfínter esofágico inferior y los mecanismos de reflujo gastro-esofágico en el hurón se utilizan como un modelo animal en la investigación. Infusiones gástricas de glucosa, lípidos y gas provocan el reflujo gastroesofágico en el hurón. El estómago del hurón también secreta ácido gástrico en respuesta a los lípidos, la glucosa, la histamina, la pentagastrina y el calcio. La hipoglicemia inducida por la administración de insulina provoca la estimulación sostenida de la secreción de ácido, la cual es particularmente relevante para los hurones con adenoma de células insulares o insulinoma. Por lo tanto, la terapia para hurones con insulinoma debe incluir medicamentos que disminuyen la secreción de ácido.

El intestino del hurón consiste en el duodeno, el yeyuno y el íleon. La papila duodenal mayor, que contiene la abertura común para los conductos biliares y pancreáticos, se encuentra a unos 3 cm distal al píloro. La papila duodenal menor puede estar ausente en el hurón. Las glándulas de Brunner están presentes dentro de la submucosa del duodeno proximal. Estas glándulas solamente producen sustancias mucosas neutras, como se ve en los seres humanos. Los segmentos de yeyuno e íleon no pueden distinguirse y pueden ser referidos como el “yeyunoíleon” que desemboca en el colon ascendente.

El intestino grueso se compone del colon y el recto. No hay ciego y no hay unión ileocólica en el hurón, sin embargo la anastomosis de la arteria yeyunal con la arteria ileocólica está presente en esta área. El intestino grueso consiste en el segmento ascendente, transverso y colon descendente, siendo este último el segmento más grande. A diferencia de otros carnívoros, todo el tracto gastrointestinal puede secretar colecistoquinina, la hormona responsable de la secreción de la bilis hacia el intestino delgado en respuesta a las grasas y los alimentos presentes en cualquier lugar dentro del tracto gastrointestinal. Esta secreción activa de la bilis contribuye a la coloración verde vista en la diarrea en el hurón.

Causas de enfermedad gastrointestinal en el hurón

Los hurones se utilizan como modelos de laboratorio para la enfermedad de reflujo esofágico ácido, gastritis por Helicobacter, ulceración pilórica e intestinal, colitis, neoplasia gastrointestinal y la enfermedad inflamatoria intestinal. Todas estas condiciones pueden resultar en diversos grados de diarrea aguda, crónica o intermitente: con o sin hemorragia visible y con o sin implicación bacteriana o viral secundaria. La diarrea es el signo clínico más común con cualquiera de las enfermedades mencionadas anteriormente en los hurones.

Enfermedad bacteriana

Helicobacter mustelae es una bacteria gástrica en forma de espiral del hurón doméstico. Aunque la infección es a menudo asintomática, los números de Helicobacter spp. pueden crecer demasiado con una enfermedad concurrente u otros factores de estrés que conducen a gastritis y úlceras pépticas o pilóricas en hurones de todas las edades (Figura 1). Los signos clínicos incluyen con frecuencia la anorexia y diarrea, la cual puede progresar a melena, vómito y otros síntomas de náusea y dolor abdominal, tales como el ptialismo, patear la boca con las patas delanteras y el bruxismo (Figuras 2 y 3).

Helicobacter mustelae puede crecer demasiado conduciendo a úlceras pilóricas gastritis y/o úlceras duodenales

Figura 1. Helicobacter mustelae puede crecer demasiado conduciendo a úlceras pilóricas (como se muestra arriba), gastritis y/o úlceras duodenales. Foto proporcionada por Cathy Johnson-Delaney.

Las heces oscuras y alquitranadas o la melena pueden estar asociadas con la infección por en los hurones

Figura 2. Las heces oscuras y alquitranadas o la melena pueden estar asociadas con la infección por Helicobacter spp. en los hurones (Mustela putorius furo). Foto proporcionada por Cathy Johnson-Delaney. Haga clic en la imagen para ampliar.

El patear o rascar la boca con las patas delanteras es un signo importante de náusea en el hurón

Figura 3. El patear o rascar la boca con las patas delanteras es un signo importante de náusea en el hurón (Mustela putorious furo). Foto proporcionada por Cathy Johnson-Delaney.

La literatura describe a Lawsonia intracellularis o Desulfovibrio, un organismo intracelular parecido a Campylobacter, como la causa de la enfermedad intestinal proliferativa en los hurones jóvenes. En 30 años nunca he recibido histopatología que demuestre la presencia de Lawsonia spp. en hurones de cualquier grupo de edad.

Los signos clínicos reportados pueden incluir diarrea del intestino grueso, prolapso rectal, pérdida de peso, anorexia, letargo, fiebre y se puede palpar un colon grueso. Campylobacter jejuni también se ha asociado con diarrea en los hurones y también han habido reportes raros de micobacteriosis en hurones mayores de 2 años.

Enfermedad viral

Las causas importantes de la diarrea viral en el hurón incluyen el rotavirus, virus del moquillo canino y el coronavirus. El coronavirus entérico del hurón (FEVC), anteriormente conocido como la enteritis catarral epizoótica (ECE), se puede ver en hurones de cualquier edad. La enfermedad por lo general se observa después de un evento estresante o después de que varios hurones han entrado en contacto uno con otro. La enfermedad puede ser leve y transitoria en los hurones jóvenes, pero tiende a ser grave y debilitante en los adultos. Los signos clínicos pueden incluir letargo, anorexia y diarrea que puede variar en apariencia de suave y color marrón, a verde y mucosa, con grandes cantidades de alimentos no digeridos que le da una apariencia de “alpiste” (Figura 4A y Figura 4B). Las lesiones microscópicas características dentro del tracto intestinal incluyen la degeneración vacuolar y necrosis de los enterocitos vellosos, inflamación linfocítica y la atrofia, fusión y pérdida de la apariencia alargada de las vellosidades.

La diarrea con fragmentos de la mucosa se ve comúnmente en hurones con coronavirus entérico

Figura 4a. La diarrea con fragmentos de la mucosa se ve comúnmente en hurones con coronavirus entérico. Foto proporcionada por Cathy Johnson-Delaney.

La diarrea con grandes cantidades de moco también es comúnmente vista en hurones con coronavirus entérico

Figura 4b. La diarrea con grandes cantidades de moco también es comúnmente vista en hurones con coronavirus entérico. Foto proporcionada por Cathy Johnson-Delaney. Haga clic en la imagen para ampliar.

El rotavirus es visto en hurones neonatales y destetados. Los hurones afectados pueden mostrar abdómenes distendidos y el intestino delgado posee paredes delgadas y contiene gas y líquido.

El virus del moquillo canino se observa principalmente en los hurones jóvenes que no completaron su serie de vacunas. Los signos clínicos iniciales pueden estar relacionados al tracto gastrointestinal (vómito y diarrea), el sistema respiratorio (descarga oculonasal, tos y letargo) y el sistema integumentario (hiperqueratosis nasal y plantar y una erupción papular que comienza en la barbilla, pero puede progresar a una forma generalizada) (Figura 5). Los animales que sobreviven esta etapa temprana, luego sucumben a la enfermedad neurológica dentro de varias semanas.

Dermatitis en un hurón

Figura 5. Dermatitis en un hurón (Mustela putorius furo) infectado con el virus del moquillo canino. Fotografía proporcionada por la Dra. Bernice López. Haga clic en la imagen para ampliar.

Enfermedad parasitaria

Los protozoos son parásitos gastrointestinales comunes en los hurones jóvenes menores a 1 año de edad. Los hurones entre 6 a 16 semanas de edad eliminan ooquistes de Isospora spp con mayor frecuencia. Los hurones infectados pueden ser asintomáticos, sin embargo, los signos clínicos pueden incluir retraso en el crecimiento y diarrea con sangre (Figura 6).

os signos clínicos de la infección por Isospora spp. pueden incluir el retraso en el crecimiento y la diarrea con sangre

Figura 6. Los signos clínicos de la infección por Isospora spp. pueden incluir el retraso en el crecimiento y la diarrea con sangre. Foto proporcionada por Cathy Johnson-Delaney. Haga clic en la imagen para ampliar.

Giardia spp. también se ha detectado en los hurones. Aunque la correlación entre la presencia de este organismo y la enfermedad clínica no está clara, puede haber algún potencial para la transmisión zoonótica.

Cryptosporidium spp. se ha encontrado en los hurones estresados, con frecuencia procedentes de una tienda de animales o un refugio. Hasta ahora, el cuidado de apoyo y el saneamiento son los tratamientos primarios, aunque hay algunos fármacos antiprotozoarios humanos nuevos que pueden ser eficaces.

La enfermedad inflamatoria intestinal

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) se observa generalmente en los hurones mayores de 2 años. Los hurones afectados inicialmente sufren de una diarrea leve e intermitente, que también puede estar asociada con la anorexia o un cambio en las preferencias alimenticias. La consistencia de las heces del hurón puede empeorar durante semanas o meses. El examen histológico del tracto gastrointestinal a menudo revela inflamación linfocítica plasmocítica. En pocos casos se puede observar una gastroenteritis eosinofílica. La etiología subyacente es probablemente multifactorial, sin embargo, los virus, bacterias, antígenos de la dieta y las toxinas han sido todos implicados como posibles causas de EII. También puede haber un componente genético subyacente a la enfermedad inflamatoria intestinal en el hurón. Esta es una enfermedad progresiva, en la que un proceso inflamatorio progresa a cambios neoplásicos de los ganglios linfáticos mesentéricos y eventualmente a linfoma intestinal, ya sea difuso o localizado.

Neoplasia

El linfosarcoma es la neoplasia maligna más frecuente en el hurón doméstico. El linfoma intestinal generalmente se observa en los hurones mayores a los 3 años, con una historia de diarrea intermitente o enfermedad inflamatoria intestinal. La segunda neoplasia más común del sistema gastrointestinal son los tumores que surgen de las capas musculares lisas del tracto gastrointestinal, como los leiomiosarcomas. En los hurones, Helicobacter mustelae también se ha asociado con el linfoma del tejido linfoide asociado a la mucosa gástrica (MALT) y el adenocarcinoma gástrico.

Trauma

La ingestión de cuerpos extraños se ve generalmente en hurones menores de 2 años de edad, pero puede ocurrir en hurones mayores particularmente con enfermedad gastrointestinal concurrente o dolor resultante a la ingestión anormal de pelo, materiales, telas, etc (Figura 7A y Figura 7B). Los hurones son conocidos por masticar caucho como las suelas de los zapatos o material esponjoso como forros de calzado o el relleno de muebles. El signo clínico más común es la anorexia, que con frecuencia es intermitente. Los hurones afectados raramente vomitan pero exhiben pérdida lenta de peso y condición corporal. La mayoría también muestran signos de dolor abdominal incluyendo una postura encorvada, la renuencia a jugar y bruxismo.

Extracción quirúrgica de un cuerpo extraño en un hurón

Figura 7a. Extracción quirúrgica de un cuerpo extraño en un hurón (Mustela putorious furo). Foto proporcionada por Cathy Johnson-Delaney. Haga clic en la imagen para ampliar.

Primer plano del tricobezoar extraído

Figura 7b. Primer plano del tricobezoar extraído. Foto proporcionada por Cathy Johnson-Delaney. Haga clic en la imagen para ampliar.

Diagnósticos

Obtenga una historia clínica detallada para determinar el curso de acción:

    • Determine el volumen de las heces, color, consistencia y la frecuencia, así como la duración de la diarrea.

    • Registre si hay tenesmo, borborigmos, vocalización o flatulencia.

    • El bruxismo puede indicar dolor abdominal. La anorexia puede ser una secuela del dolor.

    • Pregunte de donde proviene el hurón.

    • Cuánto tiempo lleva viviendo el hurón en el hogar? Hay otros hurones y animales domésticos presentes?

    • Qué tipo de camada o sustrato se utiliza y cuál es el programa de saneamiento?

    • Registre la dieta incluyendo las golosinas.

    • Qué juguetes están disponibles?

    • Alguno de los miembros de la familia humana tiene signos gastrointestinales como la diarrea?

    • Ha tenido el paciente acceso a materiales comúnmente ingeridos? Los hurones son conocidos por lamer jabones, masticar el relleno de los muebles, zapatos, forros de zapatos e incluso botellas de perfume o champú.

    • Esta la diarrea relacionada con la actividad? Por ejemplo, la diarrea ocurre durante todo el día o sólo se ve después de un intenso tiempo de juego? La diarrea ocurre después de un evento estresante como cuando se pasa la aspiradora cerca de la jaula del hurón?

Realice un examen físico completo, que incluya la auscultación del abdomen, examinación del ano y un examen dental completo. La base de datos mínima también puede incluir la citología, patología clínica, radiografías y ecografía:

    • Un análisis coprológico parasitario debe incluir la flotación y frotis directo de la materia fecal fresca. Realice una tinción citológica para evaluar las heces por la presencia de bacteria y células sanguíneas.

    • El hemograma y la química sanguínea son con frecuencia poco notables. La anemia puede indicar hemorragia gastrointestinal. Los niveles séricos de lipasa pueden estar elevados en los casos de enfermedad inflamatoria intestinal.

    • Las radiografías pueden ser útiles, sin embargo, se debe interpretar los resultados con cautela. Muchos de los cuerpos extraños gastrointestinales en los hurones pueden consistir de un material esponjoso y poroso que absorbe el material de contraste, permitiendo que el bario pase a través de ellos. Por esta razón se debe confiar en su impresión clínica basada en la edad del animal, la historia y la palpación abdominal.

    • Utilice la ecografía abdominal cuando esté indicado para evaluar la motilidad gástrica y para tratar de identificar otras condiciones patológicas. La ecografía puede ilustrar tricobezoares gástricos y en muchos casos se puede encontrar el cuerpo extraño. La ecografía se debe realizar antes de la administración de bario. Generalmente el hurón necesita de un analgésico, ya que incluso una leve presión en el abdomen puede causar dolor.

    Diagnósticos adicionales pueden ser realizados si son indicados, incluyendo …

    • Cultivo y citología rectal

    • Prueba de sangre oculta en heces: Aunque el diagnóstico de gastritis por Helicobacter es a menudo presuntivo, el análisis de sangre oculta en heces puede resultar útil. Administre al hurón una dieta que no contenga carne, como el Emeraid Carnivore, durante al menos 24 a 36 horas para evitar resultados positivos falsos.

    • Biopsia: El diagnóstico definitivo de la EII requiere del examen histológico de biopsias. La biopsia también se puede usar para confirmar la presencia de gastritis por Helicobacter. Las biopsias pueden ser obtenidas endoscópicamente utilizando el instrumento más pequeño o a través de laparotomía obteniendo una muestra del espesor completo del intestino en múltiples ubicaciones.
    • Ensayo de PCR del coronavirus que causa FECV.

Terapia

Enfermedad bacteriana

El manejo de la infección por Helicobacter se basa en la terapia de combinación incluyendo antibióticos tales como la amoxicilina y metronidazol, gastroprotectores tales como el subsalicilato de bismuto o sucralfato (Carafate Aventis Pharmaceuticals, Inc.) y antagonistas de la histamina y/o inhibidores de la bomba de protones tales como la famotidina (Pepcid, Johnson & Johnson Merck Consumer Pharmaceuticals) 0.25-0.5 mg/kg PO, IM, IV cada 24 horas o el omeprazol a corto plazo (Prilosec, AstraZeneca Pharmaceuticals LP) 0.7 mg/kg PO cada 24h para reducir la secreción de ácido gástrico y proporcionar alivio del dolor. Para mantener al hurón comiendo, pueden ser necesarios cuidados de apoyo adicional incluyendo analgésicos y terapia de fluidos, así como la alimentación con una dieta líquida.

El antimicrobiano de elección en los casos de colitis proliferativa es cloranfenicol oral (50 mg/kg de peso corporal cada 12 h durante 10 a 21 días).

Enfermedad viral

El virus del moquillo canino es altamente contagioso y casi 100% fatal en los hurones. No se debe intentar el tratamiento.

Los hurones con infección por coronavirus o rotavirus requieren de atención de apoyo agresivo en forma de terapia de fluidos, apoyo nutricional y antibióticos profilácticos. Adicionalmente, los gastroprotectores y antagonistas de la histamina son a menudo indicados.

Enfermedad parasitaria

Además de la limpieza y desinfección cuidadosa del medio ambiente, se debe administrar coccidiostáticos como el amprolio (Corid, Merck) (19 mg/kg PO cada 24h) o sulfadimetoxina (Albon, SmithKline) (20-25 mg/kg PO cada 24h).

Enfermedad inflamatoria intestinal

Utilice el corticosteroide, prednisona (1-2.5 mg/kg PO cada 24 horas) para inhibir la respuesta inflamatoria en los hurones con EII. La azatioprina (Imuran, GlaxoSmithKline) (0.9 mg/kg PO cada 24-72 horas) también se ha utilizado en los hurones que no responden bien a la prednisona o en los que la prednisona es ineficaz. Se ha reportado la supresión de la médula ósea en varios hurones en azatioprina, así que se debe realizar un hemograma periódicamente. La ivermectina también se ha administrado a los hurones con gastroenteritis eosinofílica. La enfermedad inflamatoria intestinal puede ser difusa o segmentaria, lo cual dificulta el seguimiento y la toma de muestras para biopsias. En la mayoría de los casos, la enfermedad progresa a linfoma intestinal. Hay varios agentes oncológicos adicionales actualmente bajo investigación para tratar EII/linfoma difuso en el hurón.

Además de medicamentos inmunomoduladores, los cambios en la dieta son a menudo de gran beneficio para los hurones con EII. Se debe ofrecer una dieta altamente digestible y de fácil absorción, como Emeraid Carnivore. Las dietas de prescripción diseñadas para las alergias alimentarias, como las dietas con proteínas nuevas o hipoalergénicas para felinos, aún tienen que ser exploradas empíricamente en hurones aunque su uso se ha descrito clínicamente. El grano o patata que se utilizan en algunas de estas formulaciones comerciales pueden contribuir a que sean demasiado altas en carbohidratos para el hurón.

Trauma

El tratamiento de cuerpos extraños gastrointestinales requiere de la extracción quirúrgica o endoscópica (Figura 8A y Figura 8B).

Región de inflamación intestinal causada por la ingestión de un cuerpo extraño

Figura 8a. Región de inflamación intestinal causada por la ingestión de un cuerpo extraño. Foto proporcionada por Cathy Johnson-Delaney. Haga clic en la imagen para ampliar.

Extracción quirúrgica de un cuerpo extraño intestinal

Figura 8b. Extracción quirúrgica de un cuerpo extraño intestinal. Foto proporcionada por Cathy Johnson-Delaney. Haga clic en la imagen para ampliar.

Resumen

El hurón es un carnívoro con un tracto gastrointestinal corto y simple y un tiempo de tránsito gastrointestinal relativamente rápido. El hurón carece de un ciego y una unión ileocólica. Causas importantes de diarrea en los hurones jóvenes incluyen la coccidiosis, rotavirus, diarrea inducida por el estrés y la enfermedad intestinal proliferativa causada por Lawsonia intracellularis. Los hurones de todas las edades pueden sufrir de gastritis por Helicobacter y del coronavirus entérico, mientras que los hurones de mediana y mayor edad pueden sufrir de la enfermedad inflamatoria intestinal y linfoma intestinal. La diarrea es el signo clínico más común en los hurones con enfermedad gastrointestinal, con la excepción de la presencia de cuerpos extraños gastrointestinales en los que la anorexia y pérdida de peso son los principales motivos de consulta. Aunque la edad del hurón, la historia y los hallazgos del examen físico pueden ser suficientes para llegar a un diagnóstico tentativo, diagnósticos adicionales pueden incluir la citología, análisis coprológico parasitario, radiografías y la ecografía. El tratamiento varia con la condición específica identificada, pero con frecuencia incluye la atención de apoyo, terapia antimicrobiana, protectores gástricos y bloqueadores de la histamina.

Referencias

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